El nuevo CEIP “Jose Antonio” se ubica en una parcela de 12.136 m², en la parte suroeste del ensanche de Fuente Álamo de Murcia y supone una intervención estructural para sustituir al antiguo colegio público emplazado históricamente en el centro del pueblo.
El Ayuntamiento en coordinación con la Consejería de Educación de la Región de Murcia, pusieron en marcha el estudio del proyecto en aras de garantizar un nuevo espacio que permitiera abordar las nuevas necesidades programáticas en los niveles de infantil y primaria absorbiendo el incremento de población con necesidades docentes del municipio.
Para ello se planteó un nuevo Colegio de dos líneas, con 18 unidades, 6 de Enseñanza Infantil y 12 de Enseñanza Primaria, y un complejo programa definido desde la Consejería, que tenía que ser consensuado con el Ayuntamiento y la Dirección de Centro. Uno de los mayores retos fue recoger todos los requisitos que demandaban los profesores e implementarlos en el proyecto para poder dar respuesta a todos los implicados.
El segundo mayor reto fue diseñar y construir el nuevo CEIP “Jose Antonio”, habiendo sido alumna del antiguo colegio, ya que muchos de mis profesores durante mis estudios de EGB, continuarían su labor docente en este nuevo centro. Esto suponía un gran privilegio y, al mismo tiempo, una enorme responsabilidad con los que me ayudaron y motivaron en mi propia educación.
Con esta implicación personal como “ley motiv”, me dispuse a proyectar un edificio acogedor, cuya estructura y funcionamiento interno pudiera ser entendido desde el exterior.
Desde el punto de vista del diseño, las premisas básicas fueron:
- Ubicar el colegio en la parcela de forma que constituyera un fondo de perspectiva respecto a la calle principal de acceso y la zona ajardinada.
- Encontrar una geometría que facilitara la lectura del conjunto y permitiera una cierta homogeneidad dentro de la diversidad de piezas contenidas en el edificio.
En base a estos criterios opté por el desarrollo en una gran pieza en L, con el módulo de infantil en planta baja a un lado y el módulo de primaria en dos plantas al otro, esté último con el gimnasio al fondo.
En la zona central de la L se plantea el acceso principal al edificio y las piezas comunes de comedor, biblioteca, sala de usos múltiples y toda la zona administrativa.
La entrada principal queda marcada por un gran porche a doble altura en el centro y las entradas secundarias se indican con otros dos porches a ambos extremos de la L, uno para el acceso independiente a la zona infantil y otro para la zona de primaria y gimnasio.
Esta estructura se refuerza, en volumen, con un juego de piezas de distinto color y material que contribuyen a la lectura y unidad del edificio. El conjunto se complementa con el diseño de los espacios exteriores del patio y las pistas deportivas siguiendo un mismo criterio compositivo.
El tercer gran reto de este proyecto fue a la hora de su construcción. El edificio, que había sido concebido como una unidad, por motivos de presupuesto, tuvo que salir a licitación en dos proyectos independientes: uno con el módulo infantil y toda la urbanización, y otro con el módulo de primaria.
Esto dio lugar a una situación insólita y muy compleja. Cada proyecto se adjudicó a una empresa constructora distinta, y ambos se ejecutaron a la vez, dentro de una misma parcela. Esto fue posible gracias a un enorme esfuerzo cooperativo de ambas empresas con la Dirección Facultativa y especialmente de D. Javier Ayala como Aparejador y Coordinador de Seguridad.
Cuando el edificio se terminó, D. Miguel Díaz García, que había sido mi profesor de lengua desde 6º a 8º de EGB, me hizo llegar este texto, que escribió al nuevo colegio “Jose Antonio”. Sus palabras, que aún me emocionan, son sin duda mi mejor recompensa.
Al Nuevo Colegio “José Antonio”
Hoy te he visto, nuevo Colegio “José Antonio.”
Me has asombrado por lo grande de tus dimensiones,
que transmiten amplitud de espacio y universalidad,
dando sensación de libertad, respeto e independencia.
Libertad de cátedra, respeto al sistema democrático
e independencia del poder político establecido.
Grande es tu patio, grande tu edificio, pero más grandes aún
los hombres y mujeres que, con sus ideales, te forjaron
y aquellos que bajo tu techo enseñaron y aprendieron.
Eres, querido “José Antonio”, más que un colegio,
eres la Fe de todos los creyeron, creen y creerán en ti,
sí, fe de todos aquellos que aman al ser humano
y están convencidos del poder de la educación.
La Esperanza de un pueblo, que quiere lo mejor para sus hijos,
esperanza en una vida sana, alegre de respeto y felicidad.
Ojalá seas también, querido colegio, un gran crisol,
forjador de seres humanos amantes de la paz
miembros de una sociedad democrática y justa
sin distinción de raza, sexo, nivel social ni religión.
Eres, querido “José Antonio”, más que un colegio,
no en vano guardas dos tesoros, uno la tradición,
y otro, el presente y el futuro: nuestros hijos/as y su educación.
Miguel Díaz García